my talk: The Growing Eco-Guilt of Tampons and Pads

mi charla: La creciente culpa ecológica por los tampones y las toallas sanitarias

En nuestro mundo acelerado e impulsado por el consumo, la comodidad a menudo tiene un costo, especialmente para nuestro planeta. Tómate un momento para considerar tu rutina de cuidado menstrual. Para muchas de nosotras, implica el uso regular de tampones o toallas sanitarias. Si bien estos productos sin duda brindan comodidad y conveniencia durante la menstruación, su impacto ambiental es motivo de preocupación.

Empecemos por los números. Sólo en Australia, se estima que más de 700 millones de productos menstruales terminan en vertederos cada año. Sí, has leído bien: ¡700 millones! Estos productos tardan siglos en descomponerse, lo que contribuye al problema cada vez mayor de la acumulación de residuos. Sin mencionar que el proceso de fabricación de estos artículos desechables implica la extracción de materias primas y el uso de energía, lo que agrava aún más su huella ambiental.

Los tampones y las toallas sanitarias están hechos principalmente de una combinación de plástico, algodón y otros materiales sintéticos. Lo que mucha gente no se da cuenta es la asombrosa cantidad de residuos que generan. Según estimaciones, una persona media que menstrúa utilizará aproximadamente 11.000 tampones o toallas sanitarias a lo largo de su vida. Ahora, multiplíquelo por los miles de millones de personas que menstrúan en todo el mundo y comenzará a comprender la enormidad del problema.

Un solo tampón o toalla sanitaria puede parecer insignificante por sí solo, pero cuando se considera el gran volumen de estos productos que se utilizan en todo el mundo, las cifras son alarmantes. Los tampones y las toallas sanitarias normalmente se desechan después de unas pocas horas de uso, lo que contribuye a las montañas de desechos que terminan en vertederos o incineradores cada año.

Además de los productos en sí, también hay que tener en cuenta el embalaje. Los tampones y las toallas sanitarias suelen estar envueltos individualmente en plástico o en cajas de cartón, lo que añade aún más residuos a la ecuación. Y no nos olvidemos del impacto ambiental del proceso productivo, que implica la extracción de materias primas, el consumo de energía y el transporte.

Pero lo preocupante no es sólo la cantidad de residuos: también es la longevidad. Los tampones y las toallas sanitarias pueden tardar siglos en descomponerse, liberando sustancias químicas nocivas y gases de efecto invernadero a la atmósfera a medida que se descomponen. Esto no sólo contribuye a la contaminación sino que también exacerba la actual crisis climática.

Afortunadamente, la conciencia sobre estos problemas está creciendo y cada vez más personas buscan alternativas ecológicas a los productos tradicionales para la época. Las copas menstruales, las toallas sanitarias de tela reutilizables y los discos menstruales están ganando popularidad como opciones sostenibles que reducen los desechos y minimizan el daño ambiental.

Como consumidores, tenemos el poder de marcar la diferencia. Al tomar decisiones informadas sobre los productos que utilizamos y apoyar a las marcas que priorizan la sostenibilidad, podemos ayudar a mitigar el impacto ambiental del cuidado menstrual. Juntos, podemos trabajar por un futuro en el que la menstruación no sólo sea cómoda y conveniente, sino también sostenible para nuestro planeta.

Por lo tanto, la próxima vez que busques un tampón o una toalla sanitaria, tómate un momento para considerar el costo ambiental de tu elección. Y recuerde, los pequeños cambios pueden sumarse y marcar una gran diferencia en la lucha contra los residuos y la contaminación.

Hagamos que cada período sea un poco más verde.

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